Cuando estoy en Saigón no me quedo en el gueto turístico de Pham Ngu Lao. Me dan bastante tirria ese tipo de lugares, y suelo alojarme un kilómetro más al sur. Pero los vietnamitas tienen una increíble capacidad para que se la sude todo el tinglado tontuno que se monta alrededor de los extranjeros. Ellos siguen haciendo su vida como si tal cosa. Me encanta.
Hay una calle que me gusta mucho, Do Quang Dau, que está “on fire” las 24 horas del día. Los puestos desde el alba, las carnicerías en el suelo, la gente comiendo, los cafés de la mañana. Al mediodía los oficinistas que atestan los “com binh dan”, los vendedores ambulantes, los turistas que pasan. Con la noche los bares de cervezas se animan y las chicas de alterne ocupan sus taburetes en los locales. Y vuelta a empezar a la mañana siguiente.
Do Quang Dau es “mi” calle de Saigón. Os la presento en unas pinceladas de 10 minutos a las 8 de la mañana…
En el centro de la calle está el puesto de “Banh Cuon”, el rey de la calle. Desde antes de las 7 ya están despachando a un ritmo endiablado, y los clientes hambrientos hacen cola para desayunar. El “banh cuon” es un crepe ligero y muy fino de harina de arroz al vapor, relleno de carne picada y setas. Se sirve con salsa de pescado y guindillas y está muy muy rico, además de ser barato. En la foto veis el gentío que rodea a la mujer del gorro cónico de paja, que es quien cocina.
La carnicería está justo a su lado. En Vietnam no suelen ser estables. Los vendedores montan su tenderete en cualquier trozo de calle y dedican 3 o 4 horas a despachar su mercancía. También hay vendedoras ambulantes que cargan un par de cestones y recorren las callejas más estrechas. No hay refrigeración, así que todo el asunto debe ser rápido antes de que el calor apriete más. Como podéis ver casi todo es cerdo. En la foto no se ve, pero siempre hay un niño con una “guillette” afeitando los pelos que quedan en las piezas…
Por encima de las dos está mi bareto preferido. Es pronto, así que los parroquianos toman café. Para mí, “caphé sua da”, café con hielo y leche condensada. En unas horas comenzarán a trasegar cervezas “Larue” y “Saigón”, y aperitivos de ranas fritas y cacahuetes. A las 10 de la noche no hay mesas libres, es el momento de los borrachos…
Enfrente, más abajo, hay un restaurante “Com Binh Dan”, que ofrece comida económica y abundante a los trabajadores. Comienzan a cocinar desde primera hora, y a las 11 ya tienen preparado arroz y unos 20 guisos y salteados caseros. Cada uno elige lo que quiere encima del arroz, y paga por lo que le han servido. Se come bien y rápido. En la foto tenéis una cazuela de “Ca Kho”, un guiso de pez gato al caramelo, muy típico del Delta. Las motos están en todas partes…
Saigón está lleno de callejones. En la foto vendedoras de pomelos asiáticos, grandes como una pelota de balonmano. Peluquerías, mujeres que vuelven de la compra, una abuela pidiendo…
Los bocadillos, “Banh Mi”, son uno de los platos icónicos de la ciudad. Los saigonitas se vuelven locos por una baguette bien crujiente rellena de paté, verduras, salsa picante, encurtidos y embutidos. Son los bocadillos más barrocos y deliciosos que he probado en mi vida. El pan esta preparado con harina de trigo y arroz, y es mucho más ligero y crujiente que el nuestro. Los paquetes verdes que cuelgan son un tipo de embutido llamado “Gio”. En la tabla está cortando pedazos de panceta crujiente, y tiene una sartén para hacer tortillas.
En esta última foto podéis ver todo el esplendor de un puesto de “Banh Mi”.
Así es la calle Do Quang Dau, una cualquiera de Vietnam, siguiendo su vida a pesar de la horda turística que la invade. Hazte un favor, sal, no te quedes en el ghetto…