Fotos; Un puesto de Chau Chau en el Terai, en el sur de Nepal.
La comida callejera en Nepal no es tan variada como en otros países de Asia, pero tiene cosas ricas y sorprendentes. Algunas recetas son de origen indio, como las samosas, las pakoras, o el alu paratha. Pero a la vez conviven con platos que solo encontrarás allí; como los Jhol Momo (momos de búfalo en salsa de tomate y sésamo), choyla (búfalo marinado en aceite de mostaza y guindillas), chatamari (creppe de harina de arroz con huevo), y otros muchos.
Uno de los platos más populares son las ensaladas de noodles instantáneos, llamados chau chau. Nepal es el único lugar que conozco donde comen estos fideos sin cocinar. Supongo que el asunto comenzó hace años para economizar combustible y por comodidad, hasta que hoy día se han convertido en una moda en todo el país.
Los fideos se aliñan de un modo llamado “shadeko”, una ensalada que normalmente se prepara con pollo o vegetales aliñados con especias, guindillas, lima, aceite de mostaza y pimienta de Szechuan.
Te puedes encontrar puestos de chau chau shadeko por decenas en cualquier ciudad o pueblo. Lo normal es que las dueñas sean mujeres, que transportan a lomo un cajón con los ingredientes y un par de sillas para que sus clientes se acomoden. En una jarra de plástico vierten y rompen los ingredientes hasta que los sabores están bien mezclados. Es un plato muy popular, que suele costar unas 50 rupias, es decir en torno a 40 céntimos.
¿Entonces, es raro o es rico comer noodles crudos? Pues las dos cosas. Al principio resulta un poco extraño tomar algo tan crujiente. Pero en cuanto te acostumbras están muy buenos. Suelen ser muy picantes, con el punto glutamático de los sobres de los propios noodles y la frescura de las verduras recién cortadas. La pimienta de Sichuan y la sal del Himalaya le aportan sazón y adormecimiento de lengua. Y, sobretodo, son perfectos para tomar algo barato y rico, para acompañar con una cerveza o un té bien dulce y lleno de especias. También, para que engañarnos, son una guarrada…
En mi último viaje a Nepal me comí una ración a orillas del lago Phewa, en Phokara. La muchacha que los vendía era un amor, y además tenía muy buena mano para darles el punto justo. Como soy un bocachancla los pedí “dere piro”, es decir “muy picantes”. Y la chica, obediente, me los sirvió como el fuego. Me tuve que tomar un chía masala calentito para aplacar el volcán.
Si vas a Nepal no te olvides de probarlo. Ah, y si te atreves a cocinarlos en casa ya me contarás el resultado.
Para 2 personas,
Ingredientes (pongo cantidades aproximadas, hazlo según tu gusto);
1 paquete de noodles instantáneos, los más sencillos mejor
3-4 cucharadas de un picadillo de col, zanahoria, cebolla, pepino y tomate
2 cucharadas de garbanzos cocidos
1-2 chiles verdes indios
Cacahuetes fritos
Polvo de chile
Pimienta negra molida
Pimienta de Sichuan molida
Sal del Himalaya o sal fina
Zumo de lima
Aceite de oliva (si tuvieras de mostaza sería lo correcto y perfecto)
Preparación;
Rompe los noodles y ponlos en un bol. Sazona con las 2 bolsitas que llevan dentro del paquete.
Añade el resto de ingredientes y mezcla bien con una cuchara, rompiendo los noodles y mezclando bien todos los sabores.
El resultado debe ser, claro, muy crujiente, picante, ácido y bien sazonado. Además debe haber una buena cantidad de verduras. Rectifica de sazón y come sin prisas y con alguna cerveza helada cerca. Si es una Ghorka o Everest pues mucho mejor.