CARGANDO

Teclea tu búsqueda

Tags:

CHANNA MASALA (garbanzos celestiales)

Compartir

En noviembre de 2009, después de haber estado trabajando con un grupo en Nepal, decidí quedarme unos días solo en India. Me despedí del grupo en Delhi y enseguida cogí un bus hacia el norte, al estado de Himachal Pradesh. El Himalaya Indio. No tenía planes, solo quería descansar en algún lugar tranquilo y bonito, así que elegí Dharamsala, la “capital” del exilio tibetano y el hogar del Dalai Lama. Dharamsala está situada en una cresta y es poco más que dos calles que serpentean arriba y abajo de una loma, cuajadas de bazares y templos. Los tibetanos son mayoría, y también los occidentales que acuden allí buscando paz y un poco de espiritualidad.

Cogí una habitación pequeña en un hotel feo cuyo patio daba a unos picos pelados de 4 mil metros. Y no hice nada. Descansé durante una semana entera subiendo y bajando esas calles cargado con mis libros y un cuaderno de notas. Aprendí a hacer momos, comí mucha comida tibetana, hice yoga, me senté en los suelos frescos de las “gompas”, y conocí a gente luchadora y alegre.

Cerca de mi pensión había un pequeño restaurante, una “dhaba” punjabi. En la India una “dhaba” es el nombre con el que se conoce a los restaurantes de carretera. Su comida es rústica y sencilla, similar a nuestros menús del día. Se sirven platos clásicos del norte de la India, vegetarianos o con carne; panner, curries de espinacas, dal, guisos de cordero, tandooris, y mucho pan para acompañar; naan, rotis, chappatis… Uno de sus platos más típicos es conocido como “Chole/Channa Bhatura”. Se trata de un curry de garbanzos picante servidos con una torta de pan frito.

Cansado de tanta comida tibetana me acostumbré a hacer allí mi desayuno. Me sentaba en la terraza de la parte trasera y pedía un chai bien caliente y especiado. Cuando lo había terminado ordenaba otro y encargaba un plato de “channa bhatura”. Frente a mi tenía el Himalaya, que a esas horas de la mañana aún estaba despejado. No tenía ninguna prisa. Pellizcar pedazos de pan con la mano derecha y rebañar garbanzos bien picantes y aromáticos. Esa era mi ocupación durante una hora larga. Que bien se vive viajando… Un día le pedí permiso al dueño para que me dejara fisgar en la cocina y aprender como se preparaba la receta. Me dejó y conocí sus secretos.

Este año ha sido frenético. Junto a Txito y Cristian me he embarcado en Kitchen 154, un proyecto de comida callejera. Hemos trabajado como mulos, hemos aprendido, maldecido, sudado, congelado y reído sin parar. En los meses más fríos del invierno, cuando se nos helaban los mocos en los mercados de Azca y Matadero decidimos sacar algún guiso vegetariano calentito y rico para venderlo. Le dimos vueltas y yo rescaté de mi memoria aquellos recuerdos dulces de Dharamsala y el pequeño restaurante punjabi. Así que hicimos pruebas y comenzamos a ofrecer nuestro curry de garbanzos por las calles de Madrid. No teníamos ni muchas ni pocas esperanzas en él, pero fue un éxito inmediato. Un guiso barato y humilde que nos ha dado muchísimas alegrías desde entonces y que ya es un clásico de nuestra joven empresa. Aquí os dejo la receta. ¡Espero que la disfrutéis!

Ingredientes;

400 gramos de garbanzos cocidos y escurridos (por favor, cocínalos tu mismo…)

1/2-1 cebolla roja en juliana fina

1/2 cucharadita de comino en grano

2 cucharaditas de pasta de ajo-jengibre

1 chile verde picado

1 cucharadita de cúrcuma

1 cucharadita de comino en grano

2 cucharaditas de coriandro molido

1 cucharadita de Garam Masala

200 gramos de tomates maduros pelados y picados

1 cucharada de pasta de tomate

Sal

Pimienta negra molida

1/4 cucharadita de Garam Masala

1 lima

Cilantro fresco picado

Preparación;

En una cazuela calienta un par de cucharadas de aceite y fríe la cebolla y los chiles. Cuando esté dorada incorpora los granos de comino y la pasta de ajo y jengibre. Sigue cocinando hasta que pierdan el olor a crudo, pero con cuidado de que no se queme.

Añade la cúrcuma, el polvo de comino, coriandro y el garam masala. Mezclar bien. Pon los tomates y la pasta de tomate y haz una salsa. Si estuviera demasiado seco moja con un poco de agua.

Incorpora los garbanzos y mezcla bien. Añade un poco de agua. Dejar unos minutos, hasta que el agua esté reducida y se haya formado una salsa espesa. Salpimienta.

En el último minuto espolvorear con el resto de garam masala, zumo de lima y cilantro picado. Sirve con tortas de pan o arroz.

Tags:

Quizá te guste también

Cuéntame

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Alejandro Zurdo Rubira.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a ionos que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Utilizamos cookies y/o tecnologías similares, propias y/o de terceros con el fin de permitir el correcto funcionamiento de la web, para personalizar el contenido y medir el uso de esta página. Puedes aceptar o rechazar nuestras cookies pulsando los botones de abajo. Para más información puedes visitar nuestra Política de Privacidad y nuestra Política de Cookies.    Configurar y más información    Configurar y más información
Privacidad